Según fuentes del sector consultadas ayer, las cosas quedarían así: en el caso del pan de reparto, es decir, el que la panificadores distribuyen en locales del rubro y en otros comercios, el precio subiría a no menos de 125 pesos, en tanto que en los lugares de venta al público el valor mínimo más probable sería de 150 pesos.
A título de ejemplo, cabe indicar que el kilo de pan promedia hoy en Buenos Aires los 140 pesos, pero también se lo venda incluso a valores mayores de 150 ó 160 pesos. A diferencia de muchos otros productos, como la carne, en Cipolletti el precio del pan no es superior al de los comercios bonaerenses.
Pero, como suele suceder, el pan no es lo único que aumentaría. La docena de facturas en los locales de venta y en el reparto también se incrementaría, lo mismo que la pre-pizza doble y otros productos panificados. Y no es para menos pues tanto la harina, principal insumo, como la levadura, la manteca, la margarina y otros más, han experimentado una escalada desde noviembre pasado, al igual que el precio de las bolsas usadas como envase, que han crecido un 35 por ciento. A todo esto, se debe agregar la repercusión también alcista de los varios aumentos de combustible que se han ido sucediendo e impactando a toda la economía.